Compromiso, el primer paso para ser feliz

Que alegría verte por aquí mi querido(a) lector(a)a, hoy te traigo un gran tema que espero disfrutes mucho y te aclare un poco el panorama si andas decaidx o un poquitín infeliz. Mucho se habla de tal ansiada felicidad, pasamos nuestra vida buscándola y persiguiéndola, incluso yo algunas veces me llegué a preguntar ¿Qué necesito hacer para ser feliz? O ¿Por qué no soy completamente feliz?

No es que mi vida fuera miserable sino más bien llegaba a sentir pequeños huecos que generalmente se llenaban o se complementaban cuando lograba algo que me había costado trabajo conseguir como cuando compré mi auto, cuando pude pagarme mis primeras vacaciones al extranjero o cuando logré titularme de la Maestría. En ese entonces no sabía ni me detenía a analizar por qué justo en esos momentos me sentía más feliz y satisfecha, sino solamente los disfrutaba y trabajaba más para conseguir más momentos como esos; cuando en realidad inconscientemente yo estaba comprometiéndome.

Cuando inicie mi camino para ser instructora de yoga, la primera lección que nos dieron fue un pequeño listado llamado “Los 7 pasos de la felicidad” y para mis adentros pensé: “que chafa yo vine a aprender posturas no a que me digan como ser feliz”, en esos momentos mi grandioso Ego quería sacarme de ahí porque en el fondo sabía que ese camino que estaba por emprender iba a requerir muuuuucho compromiso; y justamente las enseñanzas yoguis comienzan de esa manera porque para ser feliz necesitas comprometerte.

No hace falta ir muy lejos para entenderlo sino analizando el origen de la palabra compromiso, ésta viene del latín compromissum donde al separar la ultima parte promissum significa “promesa” es decir con-promesa, cuando te comprometes te estás haciendo una promesa donde tu palabra tiene todo el valor que tú quieras darle. Indagando un poco más sobre los puntos de vista acerca de la felicidad en otras corrientes de pensamiento encontré que en la religión budista el estado de total felicidad y calma se le llama NIRVANA (sí como la banda de rock) y que se obtiene de cuatro fuentes principales siendo la Top #1: la salud física y mental.

Sin entrar en demasiados detalles me puse a pensar, si los budistas dicen que la buena salud es una gran fuente de felicidad y satisfacción entonces estamos fregados, porque en México de acuerdo con el Instituto de Salud Pública las principales causas de muerte son las enfermedades cardiacas, la diabetes y el cáncer; así que haciendo una sencilla correlación…en México no somos felices y ¿nos estamos muriendo de infelicidad? Ouchhh suena terriblemente crudo pero…real.

Con este análisis pude reafirmar las enseñanzas yoguis de que si no hay compromiso no hay manera de tener buena salud o de lo contrario ¿Por qué las dietas no funcionan? Porque no hay compromiso ¿Por qué los gimnasios están a su máxima capacidad durante el primer trimestre del año y al final del año están vacíos? Porque no hay compromiso ¿Por qué compramos caminadoras o bicicletas estáticas que después de 3 meses terminan siendo percheros? Bueno ya te sabes la respuesta y vas entendiendo un poco lo que te quiero transmitir.

Precisamente mi camino como yogui comenzó con la explicación del compromiso como el pilar fundamental de lo que se venía por delante, ya que uno de los requisitos para poderme “titular” como instructora era el hacer durante 40 días una práctica conocida como sadhana, la cual consiste en levantarse entre las 4 y las 5 de la mañana para hacer yoga y meditación durante 2 horas, y si un día dejabas de hacerlo tenías que reiniciar los 40 días así fueras en el día 39. Cuando me dijeron eso, mi mente entró en completo estado de shock “levantarme a las 4am durante 40 días aunque llueva, truene y relampaguee…jajaja gracias por participar”.  

Si yo sé, suena bastante extremo, pero en realidad tiene todo el sentido del mundo, lo que nuestros Maestros querían que aprendiéramos era precisamente el arte del compromiso, algo que yo sabía que sería el reto más difícil al que me había enfrentado en los últimos años; literalmente me estaban sacando de mi colchón ultra confortable para aprender a comprometerme; incluso mi familia y mis amigos más cercanos sabían que sería una gran labor porque soy de esas personas conocidas como “nocturnas” donde las mañanas son mis mayores enemigos pero a partir de las 12 del día me convierto en una super machine.

Así que ahí estaba yo, en un duelo a muerte entre mi mente y mi compromiso interno, afortunadamente el compromiso ganó porque a medida que iba notando cambios extraordinarios en mi forma de pensar y de actuar gracias a la sadhana más sentía esa necesidad de terminar la cuarentena, y logré darme cuenta de que el compromiso es esa fuerza interna que si le permitimos salir nos convierte en “super humanos” y podemos ser capaces de lograr cosas extraordinarias a pesar de las dificultades que se presenten.

Y tal vez te estés preguntando ¿y por qué 40 días? Bueno porque de acuerdo con las enseñanzas yoguis el 90% de la “insania actual” viene de la falta de compromiso y se necesitan mínimo 40 días para establecer un nuevo hábito, 90 días para confirmar el hábito, 120 días para que el hábito se integre en un tu vida y 1,000 días para dominar u obtener maestría en ese hábito.

En una ocasión una querida amiga -a la que le gusta mucho correr- me estaba preguntando que como había sido posible que yo completara mi cuarentena matutina, porque ella se estableció como meta de vida el correr los World Marathon Majors o los cinco grandes maratones (Boston, Londres, Berlín, Chicago y Nueva York), pero que a veces le entraban dudas porque debido a su ritmo de trabajo le era difícil correr y podían pasar varios días sin que ella “pudiera hacerlo”.

Entonces yo le dije que lo que necesitaba hacer era comprometerse y correr durante 40 días seguidos; inmediatamente al decirle esto le pasó lo mismo que me pasó a mí, su mente entró en modo de defensa personal y me dijo: “como crees, no, no puedo, porque por ejemplo los días que me quedo en Toluca no hay problema pero mínimo una vez al mes tengo que viajar entonces el día que viajo ya está perdido porque el aeropuerto, el traslado, el hotel, el trabajo, el cansancio…”

Sinceramente fue entretenido ver como su mente empezó a poner todos los pretextos que tenía a la mano para no hacer algo que -como a mí- la sacaría de su zona de confort así que decidí ponerle un ejemplo más sencillo y le dije: “bueno si crees que correr durante 40 días es complicado intenta dejar de tomar coca-cola durante 40 días y sustitúyelo por 1 litro de agua”…al ver esto como una posibilidad un poco más alcanzable mi amiga me dijo: “ok, no suena mal, en realidad ya casi no estoy tomando coca solo 1 vez por semana”.

Como ves la clave para lograr cualquier cosa que te propongas es el compromiso y cuando comienzas a experimentar los frutos de tu compromiso, irremediablemente comienzas a sentirte feliz. Y para que el mensaje te quede aún más claro, aquí te contaré una pequeña historia de cómo el compromiso al día de hoy “literalmente” continúa alargando la vida de mi querido padre.

Hace muchos años, 26 para ser exacta, mi papá tuvo un terrible accidente en carretera del cual afortunadamente salió ileso pero que hizo que su presión arterial subiera por las nubes, después de varios días en los que su presión no bajaba tuvieron que realizarle estudios más profundos para ver que estaba fallando. Fue así como le encontraron una falla congénita en su corazón llamada “coartación de aorta” y “válvula aórtica bicúspide”, traducido al español, una de las vías -aorta- que bombea sangre al corazón la tenía casi cerrada provocando que su corazón tuviera que trabajar al doble para bombear la sangre que necesitaba, lo que se volvía aún más peligroso porque su corazón solo tiene dos “valvas” o cavidades en lugar de tres.

En ese tiempo mi papá tenía sobrepeso y al detectar su enfermedad los doctores se sorprendieron de que no le hubiera dado un infarto. Después de una delicada cirugía para colocarle un stent que abriría su aorta, le dijeron que si quería vivir más tiempo tenía que hacer ejercicio cardiovascular para fortalecer su corazón. A pesar de que siempre fue muy activo y escalaba, buceaba, jugaba tennis, lo suyo lo suyo no era específicamente hacer alguna actividad física de tiempo completo; así que si en verdad quería tener la oportunidad de vivir más años tendría que empezar…a correr!

El primer día que mi padre salió a correr fue el primer día que yo entré a la secundaria, y así como yo, que más a fuerza que de ganas tenía que levantarme a las 6am para ir a la escuela, él se tuvo que levantar, ponerse su outfit fitness e irse a correr. Y ese fue el inicio de lo que hoy ha hecho de mi padre todo un maratonista, y aunque al principio lo odiaba y pensaba que era un caballo corriendo hoy en día no puede dejar de correr ni un solo día, sí, así como lo lees: no puede dejar de correr ni un solo día!

Correr se ha vuelto más que una afición, se convirtió en su estilo de vida y es increíble ver como lo disfruta muchísimo, lleva alrededor de 20 años corriendo y al día de hoy te sigue contando lo que logró correr ayer como si fuera la primera vez. Ha tenido tantas experiencias corriendo que tiene en su mente guardados miles de paisajes, olores, sensaciones, sonidos y caras de personas; ha corrido en muchas ciudades, en la playa, en el bosque, en las carreteras, en el volcán; y cuando salimos de viaje por vacaciones es cuando más se emociona porque ya quiere salir a correr y explorar el lugar. En total logró correr 5 maratones -cuatro en la CDMX y uno en Mazatlán- y alrededor de 40 medios maratones, y lo mejor de todo fue que le dio la vuelta a los pronósticos no tan alentadores que le daban los médicos.

Ahora debido a su edad ya le prohibieron correr maratones, pero afortunadamente no le prohibieron correr, así que humildemente se tiene que conformar con correr sus 10k o 12k diarios, su corazón sigue siendo monitoreado muy de cerca y hasta el momento no ha presentado fallas. ¿Y que si mi papá es feliz? Es la persona más feliz que conozco, a pesar de las dificultades que ha tenido que enfrentar en su vida, él nunca deja de sonreír y de contagiar su buen humor, en casa nos divierte demasiado estar con él y en su trabajo muchas personas quieren tenerlo de jefe, mi papá es la representación de la felicidad eterna y cada que puede motiva a los demás a hacer ejercicio y salir a correr.

Así que mi queridx lector/a hasta aquí llegó este post, un poco más largo de lo normal, pero que espero te haya gustado y te haya motivado un poquito. Ya sabes, si en verdad quieres ser feliz en esta vida que te tocó vivir no vayas por ahí lamentándote y buscando la felicidad, comprométete con lo que tú quieras, empieza por algo sencillo como reemplazar el refresco por 1 litro de agua, hazlo mínimo durante 40 días y lo demás sucederá como por arte de magia. Ten mucha paciencia y compasión, porque suena fácil y al principio puede que no lo logres de inmediato y tendrás que reiniciar la cuenta, pero lo importante no es cuantas veces te caigas sino que te levantes la misma cantidad de veces que te caes, hasta que un día dejas de caerte.

Por favor compártelo si crees que le puede ayudar a alguien más y mientras nos vemos en otro post, te dejo esta frase:

El compromiso es lo que convierte una promesa en realidad.

Abraham Lincoln

Y te comparto este otro post que te puede interesar: ¿Sabes respirar?

Referencia: Shakya, Rajendra. 2019. “Four sources of happiness in Buddhism”. Journal of International Buddhist Studies 10 (2): 167-178 [http://www.ojs.mcu.ac.th/index.php/JIBS/article/view/4713/3817]